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viernes, 23 de diciembre de 2022

Plegarias (Canto II): A estos hombres tristes

 ¿Serà que hay algo màs acaso?

Algo me dice que me quede aquì

Que espere y sea paciente

Por eso no puedo dejar ir.

¿Me odias?

¡Me odias!

Lo lamento tanto

porque,

tengo sentimientos escondidos

que tu conoces

y los has vivido.


No puedo olvidar fácilmente

como todos parecen hacerlo,

pues si olvido

pierdo quièn soy.

Que, de por sì me he perdido

y no sè donde me deje,

y no me reconozco

ni escucho

ni oigo.

Nadie me oye

Nadie me escucha

Nadie me ve.


La ciudad sabe donde estàs,

pero yo no.

Aunque igualmente

me lo puedo imaginar

porque te conozco como para saberlo.


No quiero ser una de esas personas

a las cuales terminas odiando

para nada.

Solo que este duelo no se puede concluir

porque se resiste a hacerlo,

y yo me resisto a hacerlo.

Me pregunto si

estaràs igual.

Quizàs sì

Quizàs no.

Quien lo sabe màs que tù.


Sòlo tu sabes que debes hacer

nadie màs lo harà por tì.


Dijiste que

nadie puede ayudarnos,

y es cierto

pero

hay algo que no tomaste en cuenta

y es que siempre nos tendremos a nosotros

a todos tus tùs

a todos tus yos.


Puedes decidir seguir ahogàndote

o salir flotando

Aunque ya no tengas fuerzas

aunque ya no sientas nada

puedes salir de ahì de todas formas.

No creo que valga la pena hundirse en tristeza

o en el hubiera

porque no existe ni existiò

solo puedes confiar en el presente

y tambièn puedes cambiarlo.


Tienes el poder

de cambiarlo todo

de volver

de crear

de salvar.

Tienes el poder de salvarte

de salvarnos.

Asì que, 

tòmalo

deja que tu corazòn hable.

Calla tu cabeza un rato 

y abre tu corazòn.

Te lo ruego,

te lo suplico.

Escucha mis plegarias del alma

puesto que aquì sigo

por fè

y la fè es lo que muere al final.



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