Dándole vuelta al año y melancolía intravertida

 "No soy un cordero a matar con cianuro, soy un guerrero y todavía respiro"

Antes que nada, quiero desearle a mi amigo más personal y a quien he acompañado durante todos estos años, México. Felicidades, mi bodoque, feliz cumpleaños. Felices 212 años, ojalá cumplas muchos más y te la pases muy chido.

Volviendo con el tema, no puedo evitar entristecerme un poco al saber que ya estamos en septiembre, y que, sin duda, este último tramo del año es el mejor. Por estas fechas siento que todo fluye bien, al menos me parece. Pero este año no he podido dejar de sentir cierta nostalgia —como siempre— por el año pasado. Desde que esto de la pandemia comenzó a acabar mi vida dejó de tener su tan acostumbrada estabilidad, siendo sustituida por un miedo y estrés constante. Así de simple, siento que se me cae el piso. Sin embargo, durante este último tramo espero agarrarle un ritmo al mismo tiempo que peleo contra mi peor enemigo... el tiempo.

Los días en la prepa son tranquilos, soy tranquilo y cumplo con lo que puedo. Podría decirse que soy una persona poco relevante en el ámbito escolar... aunque ultimadamente he tenido esa pequeña espina de entablar amistades con los profesorxs. Es decir... ¡Me caen muy bien! (aunque hay excepciones huff) en especial el profe de Historia y Matemáticas... siento que son muy ignorados, pero a mí realmente me gustan sus materias.

No lo sé, quiero decir, intento "romantizar" mi vida como las chicas coquette de tik-tok. Aunque algo siempre termina saliendo mal, lo de siempre eventualmente. Me encuentro viviendo en un proceso mental en el cual debo dejar ir las cosas a las que aferré con brazos y piernas el año pasado. Pero como siempre digo ¡Keep Fighting!

Quisiera escribir más, pero estoy demasiado cansada para ello. Espero poder escribir más pronto, les quiero.

Talué!