En la ciudad de Kazukabe en Argepón sólo existe una estación, el Otoño. Muchos científicos han intentado decifrar el porqué de esto pero simplemente no tiene sentido.
Generación tras generación la gente de la ciudad cuenta la leyenda de Tom, la deidad del otoño que fue encerrado en un bosque de castigo por no obedecer las reglas de Dios.
Se dice que desde el principio de los tiempos, cuando la tierra ya estaba creada, un Dios decidió darle color al mundo. Empezó con Rin, la primavera, que daba un aura relajante, con clima fresco y algunas cuantas lluvias, lo más hermoso de este ambiente eran las flores, diferentes colores y diferentes olores, los animales comienzan a aparearse. Sin duda una buena creación.
Después de un tiempo se volvió aburrido, cuando visitaba el planeta ya no sentía la misma emoción de ver el hermoso paisaje y el aroma a petricor. Así que creó a Ette, el verano. Los días más extensos, las noches más efímeras, el clima más cálido, colores más brillantes y el paisaje pintado de colores primarios, también otra buena creación.
Pero como siempre, se cansó, así que creo a Tom, el otoño.
La estación que empezaba con la destrucción, las hojas de los árboles comenzaban a teñirse de colores naranjas para después caerse, Vet, el viento aparecía haciéndose amigo del otoño, los animales se preparan para hibernar, hacía más frío.
Había creado maravillosos paisajes, aromas, animales, plantas y climas. Pero aunque ya estaba a gusto con las estaciones creadas, sabía que faltaba algo, un final para volver a empezar un ciclo. Así que creó a Hiver, el invierno. Empezaba a caer nieve, el clima se hacía muy frío, los animales hibernaban, cualquier planta moría a menos que no esté hecha para el clima, el paisaje se volvía blanco. Era la estación de la muerte.
Ette y Rin se enojaron, Tom y Vet se aliaron a Hiver.
Por un tiempo todos vivieron en paz, con un ciclo hasta que un día el dios de la calamidad lo desequilibró sin que ellos supieran. Duraban más de lo que deberían, con climas desmesurados. Las estaciones se descontrolaron e hicieron una guerra entre ellos.
Primavera estaba enojada ya que ese no era el ciclo natural que les habían dado, Verano fue castigado, Otoño e Invierno lo ignoraron ya que no podían controlarse.
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Tom se encontraba corriendo despavorido por un bosque, estaba escapando de la muerte, tras una pelea con las estaciones fue gravemente herido.
Después de un rato desfalleció en lo que parecía ser una calzada rodeada de árboles en pleno Verano. Todo ese silencioso ambiente fue interrumpido por un maullido. Pronto ese sonido se volvió más constante hasta el punto de despertar a la deidad. Se levantó confuso y miró a su alrededor, en un instante se percató de un pequeño felino de color azabache que lo miraba fijamente.
Se acercó hacia el animal para acariciarlo a lo cual éste se dejó. El chico simpatizó rápidamente con el animal hasta que en un sonido de una ventana rota hizo que el gato se fuera corriendo rápidamente.
El peli naranja fue corriendo hacia donde huyó el gato. Cuando lo perdió de vista vio el lugar donde se encontraba, una cabaña en un pequeño valle, de reojo llego ver que tenía una ventana rota.
Con cautela se a la ventana, por el agujero que dejó pudo ver un comedor lleno de comida, entre está se veía notoriamente sangra goteando de una taza.
Con curiosidad buscó una puerta por el exterior de la cabaña, cuando por fin la encontró se apartó rápidamente de ella al ver y escuchar que la rasguñaban salvajemente.
Volvió a la ventana rota e intento entrar, lo cual consiguió. Al entrar un escalofrió recorrió su espalda, el lugar tenía un aura incómoda y terrorífica. Vio otra vez la taza que miró anteriormente, sabía que algo no andaba mal. Salió del comedor encontrándose con un pasillo totalmente blanco de suelo a techo, en todo el pasillo solo se encontró una puerta al final de éste. Caminó hacia ella y la cruzó encontrándose con otro pasillo igual al de antes, cruzó otra vez a puerta encontrándose una vez más el mismo. Tom se veía fuera de sí, abriendo una y otra vez las puertas involuntariamente entrando en un ciclo.
Había caído en una trampa. Desde ese día en ningún otro lugar del mundo se volvió a manifestar el otoño, solo en esa pequeña ciudad, aquella que está en un paisaje naranjo eterno.
Actualmente se dice que en la casa #130 de la colonia “Cerezos” se escuchan continuamente puertas abrirse dentro de la casa.
FIN
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